El líquido refrigerante es esencial para que el motor del coche funcione adecuadamente pues se encarga de absorber el exceso de calor que se genera cuando el motor se pone en marcha, manteniendo una temperatura de unos 90 ºC.
No obstante, para que el líquido refrigerante no se solidifique y termine rompiendo el sistema cuando las temperaturas bajan, se le añade el anticongelante. Este compuesto también contribuye a proteger el motor de la corrosión y evita las formaciones calcáreas. Por tanto, el anticongelante es una propiedad del líquido refrigerante, aunque los conductores suelen usar ambos términos indistintamente.
El circuito del líquido refrigerante es hermético, por lo que normalmente no se producen pérdidas. Sin embargo, si falla el mecanismo limitador de presión de la tapa, el líquido se evaporará. También se puede producir una fuga por una manguera o abrazadera, debido al mal estado de la junta principal o por un problema en la transmisión automática que se halla dentro del radiador.
Cuando el nivel de líquido refrigerante baja demasiado, el motor se sobrecalentará, por lo que si sigue en marcha puede terminar quemándose. Por otra parte, si llevas mucho tiempo sin cambiar el anticongelante y este pierde sus propiedades, en invierno el motor simplemente no arrancará ya que sus componentes móviles se habrán congelado. Si intentas encender el coche, el motor podría bloquearse o se puede producir una rotura del circuito de refrigeración.
En la actualidad existen diferentes tipos de anticongelante, todos no pierden sus propiedades con la misma rapidez, por lo que es necesario que sepas qué tipo de anticongelante usa tu coche o moto. Por ejemplo, el líquido refrigerante con glicol se debe cambiar cada 40.000 kilómetros o dos años.
El cambio del anticongelante orgánico se puede retrasar un poco más: puede aguantar hasta cinco años o unos 80.000 kilómetros. Esto se debe a que los anticongelantes inorgánicos tienen silicatos, unos minerales que tienden a degradarse con el paso del tiempo. Al contrario, los anticongelantes orgánicos contienen otros aditivos de protección que le confieren mayor versatilidad y durabilidad. De hecho, estos también suelen tener una temperatura de congelación más alta y protegen mejor contra la cavitación.
Cuando llegue el momento de cambiar el anticongelante del coche o la moto, debes tener en cuenta algunos detalles:
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