Puede que ya tengas conocimientos de mecánica y sepas qué es el turbo del coche. Pero tanto si te suena como si no, nunca está de más hacer un repaso para conocer bien cómo funciona, cómo darle el mejor uso y evitar las averías más comunes.
Por eso, en este artículo vamos a explicar, de manera sencilla y comprensible por todos, qué es el turbo. También descubrirás cómo funciona y algunas recomendaciones para que su mantenimiento prolongue su vida útil y evitar costosas averías.
Cuando se habla de motor turbo nos referimos a un turbocompresor o turbina que funciona a base de presión de aire. Se encuentra junto al motor y tiene forma como de caracola.
Se utiliza en motores de combustión interna. En la actualidad lo llevan todos los motores diesel y la gran mayoría de los de gasolina.
Su funcionamiento es muy sencillo: en el motor el aire que entra y la gasolina combustionan y generan gases que van hacia el tubo de escape. Precisamente el turbo aprovecha esos gases de la combustión antes de ser expulsados.
El turbo tiene una turbina que se acciona por los gases de escape, que están a gran temperatura. El eje de giro de la turbina hace girar a su vez a un compresor que toma aire de la atmósfera (más frío). Tras pasar por el filtro de aire lo comprime y lo introduce en los cilindros a mayor presión que la atmosférica.
De manera que se aprovecha esa inyección de aire frío para impulsar mayor potencia al motor y aumentar las revoluciones.
Es decir, se aprovecha esa fuente de energía de los gases de escape y la transforma para aumentar la potencia del motor.
Como acabamos de mencionar, el turbo aprovecha la energía que se genera en el motor de combustión para aumentar la potencia.
Esto permite a los coches de menor cilindrada tener ese aporte extra de potencia tan necesaria en algunas situaciones mientras conduces.
Por norma general, a mayor cilindrada, mayor el consumo de combustible. Por lo que el turbo supone también un ahorro en gasolina.
En los desplazamientos normales, en urbano y sin acelerones, un motor de baja cilindrada gasta menos. Sin embargo, si el motor tiene turbo, se accionará cuando pises el acelerador en un adelantamiento o para subir una pendiente.
Además, en la mayoría de los países los propietarios de los coches deben pagar impuestos sobre su automóvil en función de la cilindrada del motor. Por lo que a menor cilindrada, menos impuestos.
Así que por un motor de más cilindrada sin turbo pagas más que por un coche con turbo y de menor cilindrada, aun cuando puedas conseguir igual potencia máxima.
Obviamente, no todo son ventajas con los turbos. Para empezar, el precio del coche será mayor. Y además, requiere de más mantenimiento.
Sin embargo, sí que es posible que tú como conductor tomes algunas precauciones para cuidar del turbo de tu vehículo y evitar averías.
Nuestra recomendación es:
Como ya hemos comentado, al ser un elemento más del motor, también tiene más piezas que son susceptibles de fallar.
Por eso, si notas una pérdida de potencia de tu motor turbo, que sale un humo de color azulado por el escape o se enciende el testigo en el salpicadero, es probable que haya que revisar algunos de estos elementos.
Manguitos y abrazaderas: pueden coger holgura por las vibraciones del motor, o agrietarse por las condiciones atmosféricas.
Exceso de carbonilla: la que se acumula por el aprovechamiento de los gases de escape.
Desgaste de los casquillos del eje de la turbina.
Holgura del eje: por desequilibrio.
Como conclusión, a pesar de lo que acabas de leer, en realidad tener un motor turbo te aporta más ventajas que inconvenientes. Lo notarás en la potencia y reacción de tu motor cuando aceleres y te supone un ahorro en combustible. El valeresto se previene realizando revisiones periódicas para tu vehículo.